1783

Invención del muelle de gong y diseño de las agujas y números Breguet

Los relojes de repetición se vuelven más refinados gracias al uso del muelle de gong, y hacen su aparición los famosos números y agujas "pomme excentrée".

gong-spring

Los principales maestros relojeros de finales del s. XVII compitieron por crear un reloj capaz de comunicar la hora, a petición en la oscuridad, mediante el repiqueteo de un carillón. Los primeros relojes repetidores hicieron su aparición hacia 1680. Desde entonces, numerosos relojeros han contribuido al desarrollo del reloj repetidor, mejorando su precisión del cuarto de hora más cercano al minuto más cercano.

Abraham-Louis Breguet mostró también una temprana fascinación por los relojes repetidores. En 1783 creó el primer reloj repetidor con sonería manipulada por un muelle de gong en lugar de una campana, utilizado hasta hoy en todo el mundo. Originalmente de forma rectilínea y montado en diagonal en la placa del fondo, poco tiempo después, el muelle de gong se fue enrollando alrededor del movimiento. La ventaja de esto fue la notable reducción del grosor de los relojes con sonería, al mismo tiempo que ésta se hacía más armoniosa y discreta. Así, esta invención tan ventajosa, fue adoptada inmediatamente por todos los relojeros contemporáneos. De la misma forma, Breguet inventó los mecanismos de sonería múltiple, o "cadraturs", para los relojes repetidores de cuartos, medios cuartos y minutos.

AGUJAS CON POMME ÉVIDÉE DESCENTRADA

Aiguilles-Breguet

Las agujas de aquella época, a menudo cortas, anchas y decoradas de forma profusa, daban al reloj un aspecto recargado y dificultaban la lectura de la esfera. Breguet se propuso desde sus primeros días como relojero optimizar no solo los mecanismos internos sino también la forma externa de sus relojes. Puesto que las agujas son una parte esencial de los relojes, tanto funcional como estéticamente, no es de extrañar que esta fuera otra de las áreas en las que Abraham-Louis Breguet dejó su inconfundible huella. En un principio usó agujas inglesas de oro, pero hacia 1783 inventó una aguja radicalmente nueva, fabricada en oro o acero azulado y caracterizada por el punto con vaciado descentrado que recuerda a una manzana hueca o una luna creciente. Esta nueva forma, de una delicadeza extrema y una elegancia irresistible, cosechó un éxito inmediato. El término "agujas Breguet", igual que "sobre espiral Breguet", no tardó en incorporarse al vocabulario de la relojería.

Los registros de fabricación mencionan con frecuencia los nombres de los fabricantes de las agujas, verdaderos artistas a los que Breguet exigía cada vez más en su búsqueda de la perfección. De entre todos ellos destaca Vaujour, mencionado constantemente a lo largo de un periodo de unos 40 años (de 1787 a 1826); Thévenon, de 1793 a 1822; Jaquet, a partir de 1826; y Lalieue, a partir de 1830; sin olvidar a una vieja conocida de Breguet, Albertine Marat, hermana del famoso revolucionario, a quien compró agujas de manera ocasional entre 1818 y 1823.

Las agujas Breguet, ampliamente adoptadas por los principales fabricantes de relojes del momento, finalmente cayeron en desuso (incluso en la propia Manufactura) hacia finales del s. XIX, antes de protagonizar un regreso triunfal allá por 1930. Sobrias y legibles, estas agujas embellecen la mayoría de los modelos Breguet y han sido imitadas innumerables veces.