Encargo del primer reloj diseñado para llevar en la muñeca
Carolina Murat, reina de Nápoles, y A.-L. Breguet idean una creación revolucionaria: un reloj diseñado para llevar en la muñeca. La actual colección Reine de Naples se inspira libremente en este hecho histórico.
Como homenaje al primer reloj de pulsera creado para la Reina de Nápoles en 1810, Breguet reinventa el reloj femenino en una caja clásica con un perfil contemporáneo. Los modelos de la colección Reine de Naples mezclan, con un refinado savoir-faire, elegancia y materiales preciosos, y unen a la estética, las complicaciones relojeras, arte y relojería.
"Resulta irónico que una de las innovaciones más brillantes de Breguet e indiscutiblemente una de las más útiles, ni más ni menos que el reloj de pulsera, fuese completamente ignorada por sus contemporáneos. Incluso existen evidencias que prueban, sin lugar a dudas, que en respuesta a un encargo que la reina de Nápoles realizó el 8 de junio de 1810, Breguet ideó y elaboró el primer reloj de pulsera de la historia: el reloj Breguet N.º 2639.
Con la adquisición de treinta y cuatro relojes de sobremesa y de pulsera entre 1808 y 1814, la reina de Nápoles, mujer ambiciosa y sumamente bella, ocupó un puesto de honor entre los clientes más distinguidos de Breguet."
Viajemos a París, en la Place Vendôme se encuentra la Casa Breguet, lugar de residencia de los archivos históricos de la Manufactura. El registro de los encargos contiene detalles de los pedidos especiales realizados por los clientes que no encontraban el reloj que ellos deseaban en el catálogo de ejemplares disponibles. Este fascinante libro recoge las complicaciones y fantasías de todo tipo que Abraham-Louis Breguet aceptó crear para sus clientes, entre ellas numerosas celebridades y personalidades poderosas.
En la página 29 podemos apreciar que el 8 de junio de 1810 la Reina de Nápoles encargó dos relojes inusuales: un reloj de carruaje gran complicación por la suma de 100 luises, ""así como un reloj de repetición para brazalete, por el que cobraremos 5000 francos"". Este sorprendente pedido vuelve a aparecer en el registro de la Manufactura, que recoge con detalle la identidad de cada reloj y un completo resumen de cada paso de su fabricación.
Las descripciones del archivo permiten hacerse una idea exacta del reloj y, a pesar de la información que falta (tamaño, configuración exacta de la esfera, forma del brazalete, fijación y sujeción), esta obra de arte, este logro de la relojería, nos deja maravillados. Por lo que sabemos de este reloj, no podemos por menos que rendir homenaje a Abraham-Louis Breguet quien, en respuesta a una petición hecha por la Reina de Nápoles el 8 de junio de 1810, ideó específicamente para ella el primer reloj de pulsera conocido; un reloj de repetición con complicaciones extremadamente fino, forma ovalada, construcción sin precedentes y extraordinariamente refinado, montado en una pulsera hecha de pelo trenzado con hilo de oro."
"No existe en los archivos ningún boceto que nos permita admirar su exterior. Afortunadamente para nosotros, el reloj aparece en 1849 en un registro de reparaciones llevado a cabo sobre los relojes Breguet, lo que hoy conocemos como servicio posventa.
Una entrada realizada el 8 de marzo de 1849 indica que la condesa Rasponi, ""con residencia en el número 63 de la Rue d'Anjou de París"", había enviado a reparar el reloj con número 2639. La condesa era ni más ni menos que Louise Murat, la cuarta y última hija de Joachim y Caroline Murat, nacida en 1805 y casada en 1825 con el conde Giulio Rasponi.