En los años posteriores a Abraham-Louis Breguet, la sociedad va perdiendo progresivamente el interés en la relojería en favor de otros sectores como la electricidad o, más tarde, la aviación. Louis-Clément, representante de la tercera generación de Breguet, vende la división de relojería en 1870 al jefe del taller, Edward Brown. La familia Brown, consciente de la importancia histórica de Breguet y del patrimonio que representa, guiará a la Manufactura hacia el nuevo siglo.