El único hijo del fundador, Antoine-Louis Breguet, asume el control de la compañía en 1824. Conocedor del mundo de la fabricación de relojes desde su más tierna infancia, se dedicó a continuar con la labor de su padre. Fue su hijo, Louis-Clément, quien aportó un nuevo dinamismo a Breguet, al comprender que el uso de los relojes se estaba extendiendo entre todas las clases sociales. Decide ampliar sus actividades mediante la diversificación, en particular hacia el campo de los instrumentos de medición física.